Caminata al Páramo de Sumapaz, una experiencia única alrededor de Bogotá

Pasar dos meses en Bogotá nos dio la oportunidad de visitar lugares en los que nunca habíamos estado y hacer cosas que nos faltaban, como por ejemplo hacer senderismo en el Páramo de Sumapaz. Una salida a la naturaleza que estaba en nuestra lista, pero que no habíamos tenido tiempo de hacer.

En este bello día de agosto, nos dirigimos hacia el sur de Bogotá, ¡al Páramo más grande del mundo! Fue una bocanada de aire fresco (en el sentido literal de la palabra) que nos hizo mucho bien, y nos dió la oportunidad de conocer un contexto territorial que dice mucho sobre la historia de Colombia.

El Páramo de Sumapaz, o “Sunapa” en lengua chibcha, era considerado el Edén para el pueblo muisca. “Sunapa”, que podría traducirse como “Camino del Padre”, es el lugar sagrado donde el “Padre Sol” fecundó a la “Madre Tierra” para dar origen a la creación del mundo.

¡En este artículo, te contamos cómo fue nuestro día en los paisajes del Páramo que tanto nos gustan, acompañados de un gran guía y por supuesto toda la info práctica al final.

Un día en el Páramo de Sumapaz

Una hermosa caminata alrededor de Bogotá

Salimos del barrio de Teusaquillo, donde nos alojamos, para dirigirnos hacia el sur de Bogotá, a la localidad de Usme, donde nos esperaba Guillermo, nuestro guía del día. Después de tomar un café en la plaza principal, seguimos hacia el Páramo de Sumapaz, pero no a cualquier sitio, primero porque el Páramo de Sumapaz es inmenso, segundo porque el parque natural protegido está cerrado al público y tercero porque es importante respetar a los campesinos locales, muy apegados a sus tierras.

Los Soches

Así que partimos con Guillermo, un guía de la comunidad campesina de Los Soches (Usme). La historia de la comunidad campesina de Los Soches comenzó en la década de 1990, cuando Los Soches fue declarada zona de expansión urbana de Bogotá, autorizando la urbanización de tierras agrícolas de esa zona. Esta situación creó unas condiciones insoportables para sus habitantes, que se vieron obligados a protestar.

Tras varios años de batallas, la zona fue reconocida como espacio rural por sus valores culturales y naturales, lo que impidió la urbanización y permitió a los campesinos permanecer en sus tierras.

A partir de ese momento, la zona inició un proceso de creación de un modelo alternativo de ruralidad que implicara a la comunidad, en el que la protección del medio ambiente y la promoción de la cultura campesina fueran una prioridad. Hoy, Los Soches es un modelo de equilibrio entre la vida rural y el ecoturismo, y los guías de esta comunidad son pioneros del turismo responsable en Sumapaz

Nuestro aliado local trabaja con guías de la comunidad campesina de Los Soches, garantizando que podamos practicar un turismo responsable en el Páramo de Sumapaz, saliendo con un miembro de la comunidad, por senderos autorizados, y permitiendo que el turismo contribuya positivamente en la zona.

Entre la agricultura y el Páramo

Tras 2 horas de viaje en carro, llegamos al punto de partida del sendero que nos llevará hasta la Laguna de los Patos y a la Laguna de Ubchihica (que significa “Laguna de Luna Llena” en muisca). Empezamos la caminata a paso lento, ya que la altitud, a la cual aún no estamos acostumbrados, hace que necesitemos un momento para coger el ritmo. A nuestro alrededor, cultivos interminables de papa. Ésta es la principal actividad agrícola de la zona.

Guillermo nos explica la importancia de permitir a los campesinos cultivar la tierra, pero también el complejo problema de la expansión urbana de Bogotá, que está “obligando” a los campesinos a empujar los límites de la tierra cultivable cada vez más hacia el Páramo.

Llama la atención el límite visible entre el Páramo y los cultivos de papa. Un símbolo del precario equilibrio entre la subsistencia del campesinado y la protección de los ecosistemas. Aquí estamos en lo que se llama una “zona de amortiguación” fuera del Parque Natural Nacional del Sumapaz, que es una zona protegida y donde el turismo no es permitido.

Laguna de los Patos

Continuamos nuestro ascenso para llegar a la primera parada : La laguna de los Patos, donde nos detendremos para hacer un picnic. Cuando llegamos a la laguna, el cielo se nubló, apareció la niebla, se levantó el viento, apareció la lluvia y ¡la temperatura bajó impresionantemente! Cuando subimos a un mirador para hacer unas fotos, teníamos las manos heladas. Así que era el momento para resguardarse de la lluvia y comernos un sandwich bien merecido. El paisaje es místico con la niebla helada que rodea el lago. En cuanto a los patos, parecen totalmente indiferentes a las difíciles condiciones metereológicas.

El sol reapareció y nos calentó rápidamente. Partimos de nuevo en dirección a la cresta que separa la Laguna de los Patos y la Laguna de Ubchihica. En esta época del año, todos los frailejones están florecidos y el paisaje es increíblemente hermoso con su manto amarillo.

Nosotros pensamos que los páramos son uno de los paisajes más bellos que podrás ver en Colombia. Hay pocos lugares en el mundo que nos aporten tanta alegría y paz interior. Y después de pasar tanto tiempo en la ciudad, este soplo de aire fresco nos hace mucho bien, y nos hará mantener una sonrisa durante todo el día.

Laguna Ubchihica y bosque de frailejones

Caminamos por la cresta de la montaña hasta llegar a un “bosque” de inmensos frailejones que se elevan por encima de nosotros. Como recordatorio, los frailejones crecen en promedio 1 cm al año… Así que estos frailejones tienen quizás 200 ó 250 años… Y durante todo ese tiempo, han estado haciendo su trabajo de fabricar agua. Son plantas verdaderamente extraordinarias.

Cuando los frailejones florecen, aparecen muchos pájaros, a pesar de la altitud, ¡incluidos los sublimes colibríes de Paramos! Nos encontramos con un nido de colibrí incrustado en el tronco de un frailejón, con dos crías dentro: un momento único. Este colibrí es realmente diferente de sus congéneres de regiones más cálidas. Adopta los colores cálidos del Páramo y es realmente bello.

Las vistas de este espectacular paisaje van cambiando entre nubes, lluvia y salvadores rayos de sol. Por desgracia, no tendremos tiempo de bajar hasta el lago sagrado de Ubchihica, siempre nos pasa lo mismo. Dedicamos mucho tiempo a documentar nuestras experiencias para poder compartirlas contigo en nuestro blog de viajes, haciendo muchas preguntas, fotografiando, filmando, etc. El resultado es que siempre tardamos el doble de lo que habíamos planeado. Como resultado, ¡siempre tardamos el doble que los demás en descubrir un lugar!

Antes de emprender el viaje de regreso, tomamos el tiempo de hacer una pequeña ofrenda a la naturaleza que nos ha permitido vivir este día tan especial.

Guillermo, que conoce bien la cultura muisca, habla un poco la lengua y comparte sus conocimientos con nosotros, nos sugiere que nos tomemos un momento para reflexionar sobre el paisaje y hacer balance de nosotros mismos. Dar gracias a la vida por lo que nos ha dado, por la gente que nos quiere, por estos paisajes excepcionales y expresar nuestros sueños o metas para que se hagan realidad…

Entonces llega el momento de regresar. Nuestros pasos se hacen más conscientes de lo afortunados que somos por caminar en medio de estos amarillos, ocres y verdes, de este paisaje único en el mundo. La luz del día va suavizandose. Es la hora dorada. A medida que descendemos, los prados y los campos cultivados se ven hermosos con esta luz. A lo lejos, allá, se logra ver la iglesia de Monserrate de Bogotá (¡sí, se puede!). Luego la carretera. Luego la ciudad, los trancones y la vuelta a la realidad.

El mito de El Dorado

Páramo de Sumapaz

Cuenta la historia que fue en el Páramo de Sumapaz donde se encontró la famosa “balsa de los Muiscas “, que representa el mito de El Dorado, y que puede verse en el Museo del Oro de Bogotá.

En la tradición muisca, los lagos de montaña eran lugares sagrados, y la región que rodea Bogotá alberga una serie de lagos sagrados donde se realizaban ceremonias y rituales (Laguna Ubchihica en Sumapaz, Laguna de Guatavita, Laguna de Siecha en Chingaza, Laguna de Iguaque en Villa de Leyva, etc.).

Incluso parece que el Sumapaz pudo ser un lugar de encuentro de diferentes culturas amerindias de Colombia y otros lugares. Un lugar donde los Zipas o Caciques (líderes espirituales) practicaban ceremonias, rituales y ofrendas, sobre todo de objetos de oro.

En el siglo XVI, poco después de la llegada de los primeros colonos, se organizó una expedición a través del Páramo de Sumapaz en busca del mítico tesoro de El Dorado. Durante la travesía, muchos miembros de la expedición, incluidos los nativos utilizados como esclavos, murieron congelados. El lugar fue bautizado por los españoles como “Tierra de Niebla”.

Basándose en este mito de El Dorado, la locura de los colonos europeos descendió sobre Colombia. Se saquearon riquezas, se drenaron lagunas en un intento de encontrar tesoros. Se masacraron poblaciones indígenas, se impuso la religión católica, se introdujo la esclavitud, etc. El famoso paquete de la “civilización” procedente de Europa.

Desde los tiempos de los colonizadores, el Páramo de Sumapaz, por su situación geográfica estratégica, ha sido un lugar donde se refleja uno de los principales problemas del país, la cuestión de la tierra: concentración de tierras, luchas campesinas, guerrillas…

Luchas campesinas

Páramo de Sumapaz

La región del Sumapaz siempre ha sido un bastión de las luchas campesinas más encarnizadas. Y cómo no querer luchar cuando sólo unas pocas grandes familias se repartían todo el país, poseyendo el equivalente a departamentos enteros y varios cientos de miles de hectáreas de tierra.

A principios del siglo XX, se produjeron las primeras luchas campesinas armadas en el Páramo de Sumapaz como reacción a la concentración de la tierra por parte de las familias más ricas, dejando migajas para los que realmente la trabajaban.

Conflicto armado

Así, “naturalmente” el movimiento guerrillero de las FARC, que tenía sus raíces en la lucha campesina por una mejor distribución de la tierra en Colombia, ocupó este territorio a partir de la década de 1970.

Los guerrilleros vieron en este territorio inaccesible una base ideal para establecerse. Durante varias décadas, impusieron su ley y el terror, aprovechando la situación estratégica para mantener la presión sobre la capital, Bogotá, y controlar la ruta hacia el Amazonas, ideal para transportar productos del narcotráfico y aislar a sus prisioneros.

Desde los acuerdos de paz de 2016, la situación se ha pacificado en gran parte del Páramo de Sumapaz, pero la lucha campesina no ha cesado en un contexto de difícil equilibrio entre la protección del medio ambiente y el derecho de los campesinos a disponer de la tierra.

Hoy en día, el turismo se desarrolla en esta región y plantea nuevos interrogantes, entre la contribución virtuosa y necesaria a la supervivencia del campesinado, los problemas de preservación de los ecosistemas y los poderes em juego.

Colombia sigue siendo una especie de “Far West” donde todo vale, lo mejor y lo peor. Y el turismo no es ajeno a ello.

Conflicto con los parques nacionales

Más de 1.000 familias campesinas viven dentro de la zona protegida gestionada por los parques nacionales. Y desde el momento en que se declaró la zona protegida en 1977, el conflicto con los agricultores se multiplicó .

“Quedan prohibidas las adjudicaciones de barbechos, las ventas de tierras, la caza, la pesca y cualquier actividad industrial, ganadera o agrícola, salvo las turísticas o las que el gobierno nacional considere adecuadas para la conservación o embellecimiento de la zona”, estipula la ley de parques naturales de 1959.

La Ley de Parques dice a los agricultores que ya no pueden cultivar, ni criar ganado. El diálogo entre la comunidad y los parques nacionales se mantuvo tenso y casi congelado entre el 2000 y el 2012. Y estas tensiones persisten por cuestiones como la propiedad privada y el abuso del turismo dentro del parque (que normalmente está prohibido).

Zonas de reserva campesina

Las ZRC (Zonas de Reserva Campesina) son una forma de ordenamiento territorial concebida para promover la economía campesina, evitar la concentración de tierras y regular su ocupación y el uso de los recursos.

En 2023, parte del Páramo de Sumapaz fue clasificado como Zona de Reserva Paisajística. Este es el resultado de la lucha de las organizaciones campesinas a las que ahora se les reconocen sus derechos territoriales asi como su derecho a una vida digna, al uso de la tierra y su contribución a la construcción de la paz.

Sumapaz sigue siendo un lugar de conflicto, de lucha, de apuestas estratégicas y políticas, donde los campesinos intentan sobrevivir cultivando papas, y en medio de todo ello, está este paisaje único y mágico, el Páramo, seguramente uno de los paisajes más bellos que puede haber en esta tierra.

Turismo responsable en Sumapaz

Senderismo en el Páramo de Sumapaz

Hoy en día, el turismo en el Páramo de Sumapaz es una cuestión social y medioambiental. Periódicamente nos llegan historias de conflictos derivados de abusos relacionados con el turismo informal dentro de la zona protegida, que los campesinos denuncian.

Cabe señalar que el único lugar autorizado para el turismo dentro del parque natural es la laguna de Chisacá, en la entrada oficial del parque. Pero con un territorio tan extenso, es fácil imaginar la dificultad de controlar la actividad humana, ya sea agrícola o turística.

Nos parece importante invitarte a respetar las normas y a practicar un turismo responsable en el Páramo de Sumapaz, para fomentar una forma de turismo que logre el equilibrio adecuado entre la vida campesina, el turismo y la protección del medio ambiente.

Normas a seguir cuando visites el Páramo de Sumapaz:

• Viaja con una agencia que utilice guías oficiales de la comunidad campesina.
• Viaja con una agencia que respete el área protegida y sólo haga turismo en zonas de amortiguamiento, por senderos autorizados por las comunidades campesinas.
• Rechaza los servicios de guías informales
• Rechaza los servicios de agencias que ofrezcan senderismo por senderos no regulados

Cuando los parques nacionales prohíben la actividad turística para preservar los ecosistemas, debes respetarlo y rechazar los servicios de agencias o guías que vayan más allá de estas restricciones y te ofrezcan paseos por el interior del área protegida.

Cuando los agricultores locales se organicen como comunidad para dar la bienvenida a los turistas, Hay que apoyarlos y utilizar sus servicios.

Cuando otras personas, guías o agencias, sólo se mueven por sus intereses personales, pasando por alto las decisiones de la comunidad y las restricciones territoriales o medioambientales, no se deben respaldar.