La Guajira es una región compleja en la que resulta difícil encontrar experiencias auténticas para conocer un poco más la cultura indígena wayuu. Prácticamente todas las agencias ofrecen los mismos recorridos por el desierto, con poca o ninguna interacción cultural.
Hoy por fin, podemos compartir contigo una nueva experiencia única que que tuvimos la suerte de vivir. Una propuesta diseñada por nuestra amiga Jeanne (una francesa que vive en Riohacha) para ir al encuentro de las tejedoras wayuu con las que ha forjado una relación especial gracias a su trabajo.
Esta experiencia es un verdadero encuentro con una familia Wayuu, lejos del folclore, lo más cerca posible de la vida y lo cotidiano de una ranchería del desierto de la Guajira.
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Al encuentro de una familia Wayuu
Experiencia cultural alrededor de Riohacha
Salimos de Riohacha en dirección al desierto, hacia la ranchería (comunidad) Wayuu que nos recibirá y donde pasaremos la noche. Nos desviamos de la carretera, tomamos una la ruta del desierto entre cactus y bosque seco, y llegamos por fin donde Glenis, una de las tejedoras con la que Jeanne trabaja todo el año. Glenis es la reina de los Chinchorros (hamacas wayuu).
¡La bienvenida es triunfal! Es fin de semana y todos los niños de la familia están aquí. La mayoría de los niños viven en la ciudad, en Uribia, donde van al colegio, pero tenían muchas ganas de venir a conocernos.
Nosotros tenemos preguntas, pero ellos también tienen muchas para nosotros. Y eso es lo que va a hacer que esta experiencia sea única. Este compartir, tan sencillo como profundo, será el centro de las 24 horas que vamos a pasar allí.
Además de conocer como es la vida en una ranchería, algunas de las tradiciones y aprender sobre las técnicas de tejido, etc., se trata sobre todo de compartir, de pasear y charlar, de conversar tomando una taza de café, mientras aprendemos a tejer una mochila, mientras pelamos verduras, de conversar alrededor del fuego, de confiarnos, de abrirnos, de expresarnos, explicarnos…
Tras un café de bienvenida, Glenis nos enseña su telar, donde fabrica los chinchorros. Todo se hace a mano y es impresionante constatar por qué se necesitan meses de trabajo para hacer estas auténticas obras de arte.
El chinchorro es una hamaca XXL muy cómoda que los Wayuus utilizan tradicionalmente para dormir. Es su cama. Y también es en chinchorro que dormiremos esta noche, por primera vez al sonido del desierto.
Tras admirar la destreza de Glenis tejiendo sus chinchorros, salimos a pasear por la ranchería. El paseo es una invitación a conversar, y conversar una invitación a compartir, mientras disfrutamos de un momento privilegiado en este entorno indescriptible.
Los paisajes del desierto son preciosos, la luz del día se va apagando poco a poco, los niños juegan y nos hacen preguntas, las hermanas sonríen, el ambiente es alegre. Llega la noche y regresamos a la casa para preparar la comida.
Esta noche, tendremos el honor de comer “friche”, un plato tradicional hecho con chivo que los Wayuus crían tradicionalmente. En la cultura Wayuu, los chivos son sinónimo de riqueza y poder. Su venta es su principal fuente de ingresos, pero también pueden utilizarse para resolver conflictos, o como dote para las bodas. Esta familia posee varios centenares.
En la cocina, la comida se prepara a fuego de leña: leña, fuego, una gran sartén encima y la magia opera.
Habíamos llevado verduras y frutas, y los niños descubrieron por primera vez el sabor de un aguacate. Y esta situación nos hace caer en cuenta de que debido al difícil acceso a los productos nacionales y el bajo poder adquisitivo dificulta la compra de productos considerados caros. Así pues, muchos alimentos colombianos nunca llegan a los platos de esta zona del país.
A fuera, como cada noche, se enciende la fogata. Y será al rededor de ella, donde nos reunimos para compartir la comida. La luna llena (Kashi en lengua wayuunaiki) nos ilumina y todos nos divertimos mirándola a través de los binoculares que habíamos traído.
La noche avanza degustando el “friche”, entre silencios, risas y conversaciones. La noche se oscurece, los niños se duermen en las sillas, las palabras se convierten en susurros… Es hora de ir a dormir en los chinchorros arrullados por el sonido del desierto (¡y de la música de los vecinos a lo lejos!).
La vida de una ranchería wayuu
Experiencia cultural en la Guajira
A la mañana siguiente nos despertamos temprano. Aquí no hay electricidad, ni agua corriente, ni baños. Nos bañamos con un balde en un espacio que hace oficio de ducha, hacemos nuestras necesidades detrás de un árbol, cocinamos con leña… pero eso sí en este ambiente rústico, ¡todo el mundo tiene celular y todo el mundo tiene red.
Nos ponemos en marcha para ir a alimentar a los chivitos. Pues hay algunos huerfanos que necesitan ser alimentados con biberón. Los más afortunados se precipitan bajo las mamas de su madre. Más alla, percibimos una cabra en el suelo a punto de dar a luz a su cría. Nos dicen que está agotada, que no podrá lograrlo y que probablemente morirá ahí… Pero así es la vida. Así son las cosas en la naturaleza.
Despues de un rato, vamos a buscar agua al pozo. Esta familia tiene la suerte de haber recibido ayuda de un alma bondadosa para construir un pozo en la propia ranchería, que les proporciona el agua que necesitan a diario.
Antes de que se construyera el pozo, debían ir hasta el “Jagüey“, la fuente de agua de la comunidad, un poco más lejos. (30 minutos de camino aprox.) El “Jagüey” es una especie de enorme hueco excavado en el suelo que recoge el agua de lluvia en invierno (octubre y noviembre) y donde las familias acuden para aprovisionarse de agua para tomar, lavarse, cocinar, alimentar a sus chivos, lavar la ropa etc.
Este sigue siendo el cotidiano de muchas familias Wayuu que no tienen la suerte de tener un pozo en sus rancherías. Tener un pozo cambia la vida en el desierto!
Para el desayuno, nos ponemos manos a la “masa” para preparar las arepas que Glenis cocinará a fuego de leña. Aquí las arepas se coninan en agua antes de ponerlas a asar. Estas suculentas arepas irán acompañadas de un café preparado por nosotros. Habíamos traído café en grano con la idea de compartir nuestro amor por esta bebida emblemática de Colombia. Una vez más, la curiosidad se hace presente.
Aunque el café forma parte de la vida cotidiana de los Wayuus, y se bebe durante todo el día y hasta la noche, nadie había visto nunca un grano de café tostado. Aprovechamos la ocasión para enseñarles fotos de la planta, la flor y el fruto del café.
Les mostramos todo el proceso y molemos juntos el café, lo filtramos y lo probamos, “un sabor distinto al habitual “. Otro momento bonito de intercambio cultural.
Tras la introducción de ayer al tejido del chinchorro, nos sentamos con las hermanas Glenis para una introducción al tejido de la mochila, la principal artesanía fabricada por las mujeres Wayuu y vendida y reconocida en todo el país. Pero la Mochila es también un objeto central de la cultura, vinculado a los mitos de la creación del mundo y a los ritos de paso a la edad adulta de las mujeres.
Es un asunto serio que requiere mucha paciencia. Tras unos cuantos intentos, te das cuenta de lo difícil que es y de la destreza de las mujeres para crear estas mochilas tan hermosas. Esta actividad es también una de las principales fuentes de ingresos para muchas familias Wayuu.
Ojalá algún día puedas presenciar este trabajo, es la mejor forma de aprender a valorar esta artesanía (y todas las otras también), evitar el regateo cuando compras en directo a un artesano y preferir pagar un precio justo.
Un poco más tarde, fuimos a dar un paseo hasta el famoso Jagüey, y nos sorprende su tamaño, nos cuentan que ya se ha ido secando pues alcanza niveles mayores cuando recien llueve, y es que debe durar varios meses!… ahora este jagüey se utiliza principalmente para lavar la ropa y para dar de beber a los animales.
El calor es intenso, en el camino intentamos evitar clavarnos una espina de cactus en el pie. Nos enseñamos mutuamente palabras en wayunaikii y en francés y observamos los pájaros en este bosque seco y desértico…
Finalmente, regresamos a la ranchería. Es hora de prepararnos para nuestra partida.
Antes de irnos, Glenis y sus hermanas nos muestran cada una su casa: una sencilla habitación vacía, sorprendentemente fresca gracias a su construcción de tierra, donde los pocos muebles y enseres personales están contra las paredes y donde cada noche cuelgan los chinchorros en el centro de la pieza para dormir en familia.
Es la hora de las fotos de recuerdo y de las despedidas, nos regalan sus mejores sonrisas y esperamos esta despedida sea sólo un hasta pronto!
Gracias Glennis, gracias a los niños, gracias a toda la familia y gracias Jeanne por hacer posible esta experiencia única, ¡una experiencia que quedará grabada para siempre en nuestros recuerdos y en nuestros corazones! y que tu puedes vivir también.
En qué consiste la experiencia
Descubre la cultura indígena wayuu
Ya lo hemos dicho una y otra vez, esta experiencia es un encuentro real con una familia Wayuu, sin folclor, ni artificios.
Por supuesto, el tiempo es limitado, y es una actividad organizada con un “programa” previsto, por supuesto que la familia recibe un beneficio de tu visita. Pero es una experiencia que te permite un encuentro real con la cultura Wayuu, un momento privilegiado de compartir e intercambiar sobre nuestras culturas respectivas y esto es algo que no encontrarás en los recorridos clásicos en el desierto de la Alta Guajira.
Para ser concretos, hay dos opciones posibles (nosotros elegimos la segunda opción):
Importante
Jeanne trabaja con diferentes familias Wayuu, en diferentes rancherías, dependiendo de su disponibilidad. Pero puedes estar seguro de que, ya sea donde Glenis o donde otras familias, ¡la riqueza de la experiencia seguirá siendo la misma!
1. Mañana de ranchería
- Salida de Riohacha tipo 7:00 am hacia Manaure
- Encuentro con la comunidad Wayuu
- Taller de tejido Wayuu
- Descubre la vida en una ranchería
- Caminata
- Regreso a Riohacha tipo 1:00 pm
Bueno saberlo
Esta experiencia puede incluirse en un recorrido clásico a Cabo de la vela – Punta Gallinas. Pregúntale a Jeanne por esta opción si te interesa.
Programa tarde + noche + mañana en una ranchería y tarde en la playa
- Salida de Riohacha tipo 2:00 pm hacia Manaure
- Encuentro con la familia Wayuu
- Taller de tejido Wayuu
- Descubre la vida en una ranchería
- Caminata
- Compartir la preparación de una comida tradicional
- Cena y charla alrededor de una fogata
- Noche en chinchorro
- Taller de arepas
- Actividades matutinas de la Ranchería
- Caminata
- Regreso a Riohacha tipo 1:00 pm del día siguiente
Bueno saberlo
Esta experiencia puede incluirse en un recorrido clásico a Cabo de la vela – Punta Gallinas. Pregúntale a Jeanne por esta opción si te interesa.
Contacto para vivir la experiencia
Experiencia cultural Wayuu
Turismo responsable
Cette expérience propose une autre façon de faire du tourisme dans le désert de la Guajira. Une alternative culturelle aux tours classiques. Notre partenaire met un point d’honneur à payer des prix équitables aux familles Wayuu avec lesquelles elle travaille.
Dónde alojarse en Riohacha
Riohacha
Hotel
Casa origen
Esta casa muy bien ubicada, a dos cuadras de la playa, consta de 4 habitaciones bellamente decoradas para alquilar. Algunas con aire acondicionado. No es propriamente un hotel, aunque siempre hay alguien pendiente de las cosas. Aquí nos alojamos durante nuestros 10 días en Riohacha. Además, los anfitriones, Jeanne y Julian, propnen magníficas experiencias locales.
Riohacha
Hostal
Bona Vida
Una success story en Riohacha ya que hoy en día Bona Vida se declina en 4 hostales diferentes en la ciudad. Siempre en un ambiente colorido y con su famoso desayuno a base de “pancakes” que lo hizo famoso
Cómo llegar a Riohacha
Cómo llegar a Riohacha en bús
Terminal de autobuses de Riohacha
- Dirección: Calle 16a #11-2 a 11-154
- Teléfono: +57 (5) 727 2739
Desde/hacia la terminal de autobuses
La Terminal de Autobuses está a unos 10 minutos en taxi y a 20 minutos a pie del centro de Riohacha.
Autobús de Santa Marta a Riohacha (2h30)
Desde la Terminal de Autobuses o el Mercado Público, dirígete a Riohacha.
- Tarifa: de $30.000 a $50.000 COP
- Compañías: Copetran, Expreso Brasilia y otras pequeñas compañías desde el Mercado Público
Autobús de Cartagena a Riohacha (7h)
- Tarifa: alrededor de $70.000 COP
- Compañías: Copetran, Unitransco, Expreso Brasilia
Cómo llegar a Riohacha en avión
Desde/hacia el aeropuerto
El aeropuerto está a unos 15 minutos en taxi o a 20 minutos en autobús del centro de Riohacha
Vuelo de Bogotá a Riohacha (1h40)
- Tarifa: aprox. $250.000 COP
- Aerolíneas: Avianca, Latam
Vuelo de Medellín a Santa Marta (1h15) + bus (2h30)
No hay vuelos directos de Medellín a Riohacha.
- Tarifa: aprox. $200.000 COP
- Aerolíneas: Avianca, Latam